martes, 7 de junio de 2011

Islandia juzga a su ex primer ministro

Después de llevar a prisión a sus banqueros, los islandeses dan una nueva lección al mundo sentando en el banquillo de los acusados a su antiguo primer ministro. El conservador Geeir H. Haarde está acusado de negligencia grave por la gestión de la crisis, que llevo en 2008 al colapso bancario del país y dejo a Islandia al  borde de la ruina. Esa crisis, que aún no ha terminado, ha producido grandes subidas de impuestos, un grave recorte del gasto público y un "corralito", similar al argentino, que no permite a los ciudadanos del país un uso libre de sus ahorros.

Tras la  bancarrota del país una cuarta parte de la población islandesa se lanzó a las calles a protestar y exigir responsabilidades políticas, consiguiendo la dimisión del primer ministro al cabo de dos meses y otorgando la victoria en las elecciones a los socialdemócratas. Estos gobiernan en coalición y mayoría absoluta con los "rojiverdes" . Haarde se retiró de la política tras descubrírsele un tumor cancerígeno.

Una comisión de investigación realizó un informe para el Parlamento para determinar responsabilidades, lo que permitió juzgar a varios altos ejecutivos de la banca y, aprobado por 33 votos a favor y 30 en contra, la imputación del primer ministro.

El Landsdómur será el encargado de estudiar el caso. Se trata de un tribunal especial para procesos que afecten al gobierno y que nunca había actuado en la toda la historia de la Islandia independiente. Está formado por 15 personas: cinco jueces del Tribunal Supremo, un presidente de un tribunal de primera instancia, un catedrático de derecho constitucional y ocho ciudadanos designados cada seis años por el Parlamento.

Es probable que el juicio no empiece hasta después del verano, ya que será el plazo que se conceda al ex primer ministro para presentar alegaciones. El fiscal Sigridur Fridjonsdottir presentó hace un mes su auto de acusación preliminar, donde se le acusa de incumplimiento de sus responsabilidades y violar la ley sobre responsabilidad de los ministros, al desoir las múltiples advertencias que recibió sobre una inminente crisis de los principales bancos del país. Estos avisos provenian, entre otros, del Banco Nacional, pero Haarde no presionó a los bancos para vender sus activos y disminuir los riesgos, niadoptó ninguna medida para reducir los efectos del colapso antes de que se produjera, según el fiscal, quien no especifica ninguna pena concreta para el delito.

Hannes H. Guissurarson, ex asesor del Ejecutivo conservador ha declarado que la causa contra el ex primer ministro no prosperará porque se trata de una simple vendetta política. El Parlamento exculpó, en la misma votación que decretó el encausamiento de Haarde, a otros ex altos cargos (un conservador y dos socialdemócratas), en contra del informe de la comisión investigadora.

Pese a que todo, logicamente, no es blanco o negro en Islandia, este país vuelve a dar un ejemplo de democracia y cordura, al no permitir "irse de rositas" a los auténticos responsables de la crisis que vivimos. Los islandeses vuelven a ser un ejemplo para la revolución que vivimos en Europa y el modelo a seguir.

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